viernes, 22 de agosto de 2008
Capítulo III
Compartiendo la dulce cotidianidad que es mucho más rica junto a él;voy descubriendo formas nuevas de relacionarme,y el comienzo de un sentimiento, que difícil es de encasillar dentro de una palabra, pongámosle amor, enamoramiento o simplemente compartir.Y bajo éste vínculo sin rótulos, pero repleto de sentimientos, vamos dejando fluir,y hoy me hallo rodeada de sus brazos, después de abrir la puerta, sus brazos que se cierran dejándome tiernamente dentro.Y una vez inmersa, sin hablar ni él ni yo, nos encontramos en éste vínculo, que poco dice y mucho hace; y todo nos pasa.Y así nos van sucediendo las cenas, las noches, los bailes, las siestas.Mientras, nos miramos comiendo un chocolate, que le llevo a modo de te quiero, y él me devuelve un yo también convertido en abrazo que dura toda la noche.Nos despertamos, y siempre es tarde, pero no vamos a dejar que nos lleve el tiempo sin acariciarnos la espalda primero.Ya es otro día, y pasaron un par de meses. Y casi no quedan miedos, y lo adoro, natural, con las zapatos de tango y con las zapatillas de día, la tos del cigarrillo que no puede dejar, y todos esos planos que esperan ser casas. Con mi libertad y su independencia, mis largas noches de estudio y su carrera resuelta. Llenos de diferencias y ganas. Ya partidos y reconstruidos. Dispuestos a abrir un nuevo capítulo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario